Apple Watch mide tu salud… ¿cómo afecta a la privacidad?

Apple Watch mide tu salud… ¿cómo afecta a la privacidad?

 

El pasado lunes Apple presentó en sociedad su primer smartwatch. El Apple Watch es un reloj inteligente que permite, entre otras sencillas tareas, interactuar con el iPhone, reproducir la música que tengamos almacenada o comunicarnos con nuestros contactos. Pero el dispositivo de Cupertino también tiene acceso a otros datos mucho más personales.

El primero es el de la salud. El Apple Watch sabe el ejercicio que hacemos, las calorías que quemamos cada día o nuestro ritmo cardíaco. Su aplicación Actividad muestra a través de tres anillos las calorías consumidas, la actividad intensa y el número de veces que nos hemos levantado si hemos pasado mucho tiempo sentados. Entreno por su parte registra todo tipo de ejercicio como andar, correr o ir en bici, y aprende de nuestros hábitos para facilitarnos datos cada vez más precisos.

Apple anunció también ResearchKit, un framework de código abierto diseñado para la investigación médica y sanitaria que ayudará a médicos y científicos a recopilar datos de los usuarios.

Al margen de las innegables ventajas que aportarán estas aplicaciones, lo cierto es que toda nuestra información referida a la salud es considerada actualmente como un dato de carácter sensible debido a las graves consecuencias que puede conllevar el hecho de que caiga en manos de terceros. ¿Está realmente claro quién posee y quién puede acceder a este tipo de datos? Ahora pongámonos en el mejor de los casos y pensemos que Apple no los comparte con nadie. ¿Son capaces los de Cupertino de mantenerlos a salvo de hackers? ¿Y qué pasa con ellos si pierdo mi dispositivo?

Precisamente por todo esto, el Grupo de Trabajo del Artículo 29 (WP29), emitió dos dictámenes el pasado mes de septiembre en los que advirtió de los riesgos para la privacidad de las personas de los wearables y reguló la normativa a seguir por los fabricantes a la hora de recoger y tratar datos personales.

En este sentido, el WP29 estableció que los gadgets que recopilen datos de salud como lo es por ejemplo el Apple Watch, deben solicitar a los usuarios el consentimiento expreso, informar sobre el uso que van a hacer con ellos, ofrecer la posibilidad de ejercitar los derechos Arco, efectuar evaluaciones de impacto de la privacidad (PIA) y aplicar el principio de privacidad por diseño y defecto.

Según Cristina Sirera, experta en protección de datos del despacho de abogados Elzaburu, “hay determinados datos que, debido a su relevancia, son protegidos de forma especial. No debemos olvidar que padecer una enfermedad o una dolencia puede dejarte sin seguro médico o trabajo en EEUU. Otro riesgo es que un tercero modifique tu historial médico. Aquí en Europa contamos con una ley muy específica para protegernos”.

 

La salud, un negocio para las empresas

La Comisión Federal de Comercio de EEUU se reunió a finales del año pasado con varios representantes de Apple para conocer todos los datos sanitarios que recoge la compañía y la forma en que conserva esa información. La preocupación del organismo estadounidense es clara: que ni Apple ni otros terceros puedan comercializar estos datos. Y tiene su fundamento. Según la Comisión, los desarrolladores de varias aplicaciones móviles de salud y fitness compartieron la información de sus usuarios con hasta 76 empresas, entre las que se incluyen varios anunciantes.

La Comisión advirtió que vigilaría muy de cerca el funcionamiento del Apple Watch. Pero no es el único dispositivo bajo sospecha. Según publicó la BBC, la empresa de básculas inteligentes y wearables, Withings, publicó varios informes sobre la salud de sus clientes. En uno reveló cuáles eran las ciudades más obesas de Francia y Estados Unidos, y en otro los patrones de sueño en toda Europa. La compañía argumentó que en ningún momento se violó la privacidad de sus usuarios porque se trataban de datos generales.

El pasado mes de agosto Apple ya avisó a sus desarrolladores que no podían vender ningún tipo de dato, e incluso Tim Cook publicó un mensaje sobre el compromiso de la tecnológica con la privacidad: “En Apple respetamos la privacidad de nuestros usuarios mediante un sólido método de cifrado y políticas estrictas que regulan el tratamiento de todos los datos”.

“Nuestra filosofía es explicarte desde el primer momento qué va a pasar con tu información personal y pedirte permiso antes de compartirla con nosotros. Y si más adelante cambias de opinión, te lo ponemos muy fácil para anular tu consentimiento”, añadió el CEO de la californiana.

 

Una puerta de acceso a tu cuenta bancaria

Con el Apple Watch el usuario también podrá pagar un café con Apple Pay, subir en un avión con una tarjeta de embarque de Passbook o levantar la muñeca para pedirle a Siri indicaciones paso a paso en Mapas.

 

El servicio de pago de Apple arrancó en octubre de 2014, sin fechas de lanzamiento fuera de EEUU, pero la competencia en el viejo continente podría cambiar las cosas. Los rumores apuntan a que Apple Pay llegará el próximo mes de abril en respuesta al sistema de pago móvil de Visa, aunque esta tecnología aún suscita muchas dudas. ¿Un iPhone y Apple Watch capaces de sustituir a nuestra cartera y tarjetas de crédito?

De momento Apple ha mostrado un sistema de doble autenticación más seguro incluso que el de algunos bancos, que siguen empeñados en utilizar las tarjetas de coordenadas. Falta por ver cómo lo hará en la práctica el smartwatch, sobre todo teniendo en cuenta que uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes durante este 2015 según Kaspersky, será precisamente los sistemas de pago virtuales.

De cualquier forma, parece ser que las aplicaciones capaces de recopilar nuestros datos están en pleno auge. Relacionadas únicamente con la salud ya existen unas 100.000 en plataformas como iOS y Android, y generan un negocio de alrededor de 3.300 millones de euros.

 

 

 

 

Fuente: El Confidencial



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