A la caza de un Silicon Valley ‘a la española’

A la caza de un Silicon Valley ‘a la española’

 

España no quiere que las tecnológicas estadounidenses sigan mirando a nuestras firmas por encima del hombro, pero para conseguirlo aún le queda un largo camino por recorrer que no estará exento de obstáculos.

 

Europa lo tiene muy claro: hay que apostar por la innovación y el modelo estadounidense de Silicon Valley es el ideal a emular. Pero un espacio como la meca tecnológica californiana no se puede ‘copiar’ ni reproducir así como así. A pesar de todo, muchas ciudades europeas han iniciado su propia revolución digital apostando por las start ups y las tecnológicas, pero España no parece ir a la zaga de sus vecinos del Viejo Continente.

Según un reciente informe de la Comisión Europea , hay cerca de 34 regiones que sobresalen en lo que a industria tecnológica se refiere en la UE, pero ninguna se encuentra dentro de nuestras fronteras. París, Londres y Múnich se postulan como los ‘Silicon Valleys’ europeos por excelencia. Si queremos encontrar las representaciones españolas tendremos que descender a la segunda división (casi a la tercera) para toparnos, en primer lugar, con Madrid y después con Barcelona. Mucho más abajo también hacen acto de presencia Valencia y Bilbao.

Aun así, reproducir el ecosistema de la cuna de la innovación norteamericana en nuestro país es complejo pero no imposible. Empresas punteras como Indra , Gowex o las más ‘modestas’ Geeksphone o Facephi nos demuestran que innovación no es precisamente lo que falta dentro de nuestras fronteras y que también la sabemos exportar.

 

Se necesitan visionarios

¿Entonces qué es lo que falla? Las asociaciones especializadas en tecnología de nuestro país coinciden en que no es una pregunta que se pueda responder fácilmente. Desde la patronal de las empresas tecnológicas españolas, Ametic, destacan que la falta de una cultura propicia al emprendimiento y un mercado poco preparado para aceptar la innovación son unas de las razones que impiden a España crear firmas de la talla de Google o Facebook.

Benigno Lacort, director general de Ametic, ha confirmado a EXPANSIÓN que para reproducir el modelo Silicon Valley hacen falta españoles “visionarios inmunes al vértigo que provoca el riesgo empresarial, un gran volumen de conocimiento científico unido (condición necesaria) a una enorme inquietud por convertir ese conocimiento en algo práctico».

Encontrar a esos ‘Zuckerbergs’ o ‘Jobs’, emprendedores sin miedo a los errores y dispuestos a apostar por una idea aunque no se tenga la certeza de si funcionará o no, es una tarea complicada en nuestro país.

A los españoles aún les atenaza el miedo al fracaso; lo que en EEUU se asume y se interpreta como un aprendizaje y una nueva oportunidad, en nuestro país se oculta como un secreto vergonzoso. Romper con esa concepción tradicional de los errores, dejar de ruborizarse y transformarlos en experiencia, es uno de los primeros pasos que nuestro país debe dar si quiere transformarse en una potencia tecnológica a tener en cuenta.

A pesar de este tradicional temor, la cultura start up que ha logrado encumbrar a la Silicon Valley como el centro del universo de la innovación, ha empezado a calar hondo en nuestro país . Aunque la costumbre española siempre ha sido que la mayoría de la innovación se concentre en las grandes empresas que apuestan por el I+D+i, la creación de start ups ha aumentado progresivamente en los últimos años y algunas pueden mirar a los ojos sin temor a la inferioridad a muchas estadounidenses.

Algunas vuelan solas (como Ticketea, Wallapop o Kantox), otras han sido compradas por empresas más grandes (como Buyvip o EyeOS) y otras consiguen rondas millonarias de financiación (Promofarma, Byhours.com o Hot hotels) pero todas demuestran que el potencial innovador español empieza a pegar fuerte

 

Formación y fiscalidad

Otra parte importante para la creación de un polo tecnológico de relevancia en España es la formación universitaria especializada en esta área. El director general de Ametic destaca la necesidad de “universidades de primer nivel ” para acercarse al ideal de Silicon Valley. EEUU, además de contar con las mejores universidades del mundo, recibe a los trabajadores más sobresalientes y cualificados del mundo. Además, se encargan de no perder a sus talentos ofreciéndoles grandes sueldos desde que sus empresas los reclutan .

Sin embargo, en este punto existe una disparidad de opiniones. Según, Felipe Romera Lubias, presidente de APTE (Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España), la formación no supone un obstáculo; el problema se encuentra en la coordinación y el contacto entre empresas y universitarios, algo que los parques tecnológicos tratan de subsanar.

Otra crítica de ambas asociaciones es la falta de incentivos fiscales. Una mayor ‘relajación’ en este sentido incentivaría tanto la creación de empresas como la instalación de multinacionales dentro de nuestras fronteras. Este tipo de prácticas, acompañadas de apoyo logístico y otras medidas, han logrado atraer inversiones en innovación a ciudades como Medellín (Colombia), que se postula actualmente como el polo tecnológico más importante de América Latina. A todo esto se suma el papeleo que se requiere para constituir cualquier empresa que echa para atrás a muchos posibles emprendedores del sector.

 

Aceleradoras y business angels

Pero la mayor dificultad a la que tiene que hacer frente cualquier emprendedor, especialmente aquellos cuyas empresas se centran en las nuevas tecnologías, es conseguir el capital necesario para arrancar. Tanto el presidente de APTE como el director general de Ametic critican el continuo retroceso en la inversión en I+D+i. Lacort señala, además, que una de las condiciones sine qua non para que estos negocios prosperen es «que los agentes sociales de toda índole estén predispuestos a la colaboración y a la inversión a largo plazo en innovación».

Aunque parece que algunas entidades como el ICO o BBVA intentan revertir esta tendencia y se han propuesto invertir en empresas tecnológicas, el mundo de las start ups ha copiado ciertas fórmulas de financiación que están ayudando a mucha empresas de EEUU. Entre otras, destacan los llamados business angels, personas que individualmente deciden aportar fondos para determinados proyectos, y las aceleradoras, entidades que hacen lo mismo pero de manera colectiva como Lanzadera, Conector o Linktostart.

Una de las últimas formas de financiación surgidas en nuestro país son mercados secundarios de valores, como MARFI (Mercado Alternativo de Renta Fija Privada) o el bilbaíno Bewa7er, especializado en start ups. Se trata de plataformas en las que los inversores pueden comprar o vender derechos económicos sobre participaciones de empresas que no cotizan en los mercados de valores. Esta alternativa busca aportar liquidez al mercado y facilitar la inversión en este tipo de empresas.

Si España quiere competir en la primera división y tener su propia cabeza visible en el competitivo mundo de la innovación, necesita hacerse un lavado de cara y adaptar el mercado y las leyes a los nuevos modelos de negocio. Se necesita «algo de suerte», concluye el presidente de Ametic, pero no es imposible que en un futuro las tecnológicas más castizas puedan mirar frente a frente a gigantes como Google, HP o WhatsApp desde nuestro propio Silicon Valley.

 

 

expansion.com



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