27 Oct Aprovechan un fallo y le sacan 980.000 dólares a varios casinos
En el estado de Nevada, dónde se encuentra la capital mundial del juego, Las Vegas, una de los departamentos de policía con más tarea es el que controla todo lo relativo al juego y las apuestas. Dado que uno de los principales atractivos de la ciudad son los casinos, controlar que lo que ocurre en ellos cumple con la ley es una forma de asegurar que el flujo de turistas, jugadores aficionados y profesionales no cesa.
La División Tecnológica de ese departamento, creada a mediados de los 80 cuando las apuestas en juegos de vídeo comenzaron a expandirse, es la encargada revisar y aprobar las famosas máquinas que se alinean en interminables filas, como si de un colorido ejército se tratase, en muchas de las salas de los enormes y concurridos hoteles-casinos de Las Vegas. Tanto en esos locales como en su laboratorio, plagado de esas máquinas en diversos estados de desmontado, los miembros de esta división las inspeccionan para asegurarse de que no están trucadas ni a favor de la casa ni del jugador.
Un trabajo que, dada la digitalización y el complejo software que emplean hoy en día estas máquinas, ya no tiene tanto que ver con detectar un amaño del jugador, sino en encontrar posibles fallos del sistema que algún espabilado haya podido encontrar, entender y aprovechar. Junto a ese laboratorio se encuentra un archivo digital con el código de todos los programas instalados en algún local de juego de Nevada. Más de 30.000 en total. Ahí se analiza que no haya fallos ni manipulaciones: ¿son las combinaciones aleatorias de cartas realmente aleatorias?
Máquinas de video póquer con truco
Las máquinas de vídeopóquer Game King llegaron a los casinos en 1970 y fueron un éxito inmediato. Con los años, su software se fue actualizando, incluyendo nuevos juegos y opciones. En 2002 lanzó su quinta gran actualización, que presumía de unos gráficos de calidad nunca vista antes en uno de estos aparatos, así como sonido en estéreo mejorado respecto a versiones anteriores. Lo que este programa incluía también, y nadie se dio cuenta, fueron una serie de sutiles errores de código que tardaron siete años en ser descubiertos.
John Kane fue uno de esos espabilados que las autoridades de Nevada quieren frenar. En abril de 2009, Kane descubrió ese fallo e invirtió horas para entender en qué consistía y cómo funcionaba. Pero una vez conseguido, cuenta Wired, le sirvió para recaudar junto a su socio miles de dólares en premios de estas máquinas en varios locales y casinos del estado.
Kane estaba jugando en una de estas máquinas en un restaurante de comida rápida china en Fremont, la zona más clásica de Las Vegas, y se disponía a levantarse cuando dio, por casualidad, con su primer gran premio: 1.000 dólares que desde luego no había ganado. Supo que era un error, y avisó al encargado, pero éste pensó que era una broma y le entregó el dinero.
Junto con su amigo y anterior compañero de apuestas Andre Nestor, puso todo su empeño en desentrañar el fallo para sacarle partido. Mano a mano ante sendas máquinas Game King probaron infinitas combinaciones de apuestas y juegos hasta que dieron con la clave.
Apuesta un centavo, gana como si apostases cincuenta
La versatilidad de apuestas que permiten estas máquinas era la base del fallo. Además de permitir distintos juegos para apostar, las Game King permiten apostar un amplio rango de cantidades de dinero. El bug que encontró Kane consistía en que, bajo determinadas circunstancias, se podía cambiar la apuesta (y por tanto el premio) de forma retroactiva.
Esto quiere decir que podía comenzar jugando por un céntimo y mantener la apuesta todo el tiempo necesario, mientras fuese perdiendo. Pero al obtener una buena mano, podía engañar a la máquina para que le recompensase como si hubiese estado apostando 50 céntimos desde el principio.
No era fácil conseguirlo. Kane y Nestor pasaron horas hasta encontrar las instrucciones a seguir, paso a paso. Pero una vez hecho, los resultados eran espectaculares. Con la opción doble o nada activada, Kane ganó más de 100.000 dólares en cinco semanas. Después de pulir su jugada, el factor azar quedó reducido a la nada. “Tenías completo control sobre cuanto podías ganar. Si entrabas en un casino con la idea de ganar 500.000 dólares en un día, podías ganar esos 500.000 dólares en un día”, asegura Nestor. Esa es más o menos la cifra que el FBI asigna a la jugada de Kane: medio millón de dólares de hasta ocho casinos distintos. Hasta que fue expulsado de un casino a finales de agosto de 2009, Nestor había obtenido una cifra similar: 480.000 dólares.
Demasiada buena suerte llama la atención
Pero la supuesta buena suerte perpetua comenzó a llamar la atención. Los locales con máquinas de juego monitorizan su actividad, y las máquinas en las que empezaron a jugar no eran una excepción: de aportar al casino unas ganancias mensuales de 14.500 dólares, empezaron a provocar unas pérdidas de 75.000. Finalmente, los encargados de uno de los casinos retuvieron a Kane, el socio más activo, y le pusieron en manos de la División Tecnológica de la comisión policial de juego, que se llevó la máquina en la que éste estaba sentado.
Con la máquina y las grabaciones del sistema de seguridad, un miembro de la división logró reproducir el sistema que empleaban Kane y Nestor para engañar al programa y salir siempre con los bolsillos llenos. Entregó sus apuntes a la empresa fabricante de Game King, que se apresuró a enviar instrucciones a todos sus clientes sobre cómo desactivar el fallo, así como a crear programas de sustitución que solucionase en fallo. Todas las máquinas Game King del mundo que corran con una versión defectuosa necesitarán un parche. En estos casos, la solución no es tan sencilla como cuando el bug se encuentra en nuestro ordenador, que basta con descargarlo. El software de estas máquinas no está online, sino que tiene que enviarlo por correo el fabricante, ya instalado en la memoria EPROM.
Kane y Nestor fueron acusados de conspiración y fraude en Las Vegas, según la Ley de Fraude y Abuso Informático, creada en 1986 para castigar a los hackers que entrasen de forma remota en ordenadores relacionados con defensa nacional o la banca. En este caso, la fiscalía argumentó que los acusados se habían excedido en su derecho a acceder a las máquinas al explotar conscientemente el fallo que encontraron en su sistema. Los casinos solo permiten a los jugadores a seguir las reglas del vídeopóquer, y lo que ellos hicieron «eliminaba el elemento aleatorio y por tanto toda la base del juego».
La defensa pidió que se retirasen los cargos de hackeo del juego, puesto que consideraba que todo lo que se pudiese hacer a través de la interfaz del juego era un «acceso autorizado» por definición. «Todo lo que hicieron fue pulsar una secuencia determinada en los botones que tenían el derecho a pulsar». Tras varios meses, los cargos fueron retirados y Kane y Nestor quedaron libres. Sin embargo, aún tienen cuentas pendientes, en este caso con Hacienda, por el dinero que ganaron. Y es que hay bancas que sí parecen ganar siempre.
Fuente: El Confidencial