El cibercrimen no siempre paga

El cibercrimen no siempre paga

 

El cibercrimen siempre vende. Por eso estás leyendo este artículo. Los titulares de sucesos siempre han atraído la atención del público, pero si además la noticia o sus protagonistas tienen algo que ver con internet, se añade ese halo que aún tiene para muchos de territorio desconocido y salvaje en el que los malos campan a sus anchas y con una total impunidad.

Esta reflexión guarda relación con el informe que publicó el Ministerio del Interior este año sobre la llamada “cibercriminalidad”. Aunque convendría distinguir entre los nuevos delitos electrónicos, que son específicos del medio y que surgieron con éste, y las nuevas formas de comisión de los viejos delitos, que tan sólo utilizan el medio electrónico como un medio más.

El caso es que la estadística referida a los ciberdelitos denunciados en 2013 da para muchos análisis y comentarios, y es curioso cómo, casi de forma unánime, el dato que más se destacó por la prensa fue el porcentaje de ciberdelitos que han quedado impunes o que aún no se han esclarecido, en vez de resaltar otras conclusiones algo menos negativas.

En 2013 se esclarecieron 2.167 de los 42.437 ciberdelitos conocidos (un 5,1%).

 

El mundo digital es más seguro

Por ejemplo y aunque pueda parecer de perogrullo, un primer dato es que los delitos cometidos por internet no llegaron al 2% del total de los delitos conocidos o denunciados en España en 2013. Es decir, que en el mundo físico se cometen muchos más delitos que en el mundo virtual o, dicho de otra forma, que el entorno digital es más seguro que el analógico.

Algunos dirán que esa desproporción es consecuencia de la poca presencia de los ciudadanos en internet, en comparación con la presencia en el mundo físico, pero cada vez más ciudadanos pasan más horas conectados a sus dispositivos (especialmente a los móviles) y, sobre todo, hay delitos físicos que en internet simplemente no se pueden cometer, como un asesinato o una violación.

 

Estancamiento de los ciberdelitos

Por otra parte, examinando la tipología de ciberdelitos y su evolución 2011-13, se constata que se ha producido un cierto estancamiento (o, incluso, una ligera disminución) en el total de los ciberdelitos: si bien entre los años 2011 y 2012 se produjo un aumento de los ciberdelitos del 14,4%, entre 2012 y 2013 se produjo un estancamiento o una pequeña disminución, de casi un 1% (0,97%).

 

Seguridad y confianza digital

Pero lo que más sorprende es que, cuando se publica una noticia sobre un delito en internet, en vez de tratarlo en su verdadera dimensión y como lo que es, como un hecho noticioso, justamente porque se trata de un hecho extraordinario, se le da muchas veces casi la categoría de regla general, transmitiendo al público la idea sensacionalista de que eso es lo normal y lo ordinario en la red.

Y creo que no nos damos cuenta de que estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado ya que, aunque es verdad que se consiguen más lectores y más audiencia con estas noticias, hacemos un flaco servicio a la confianza digital, que es la sensación subjetiva de seguridad en la red, esencial para el desarrollo de la economía digital, de la que también forman parte los medios.

Por eso quizá sea conveniente hacer una reflexión, serena y compartida, entre los medios de comunicación, las instituciones públicas, las empresas privadas y las entidades sin ánimo de lucro, sobre el tratamiento informativo más adecuado para las noticias relacionadas con la cibercriminalidad, sin ocultar nada, pero sin cargar las tintas tampoco.

 

 

Fuente: El Confidencial



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